lunes, 14 de febrero de 2011

CIRCULAR CANAL ROYA y PEÑA BLANCA

CANAL ROYA (2.345 m) y 
PEÑA BLANCA  (2.365 m)


Tiempo de ascensión y cresteo: 3 horas y 15 minutos.
Tiempo de descenso y cresteo: 2 horas y 30 minutos.
Desnivel no acumulado: 635 mts.


Este sábado hizo un día excepcional. En el aparcamiento del Portalet marcaba -3º a las 10 de la mañana. Una pasada para caminar, así que me calzé las raquetas y me puse a caminar. En ese momento todavía no sabía hacia donde tirar; o me iba hacia el Peyreguet o hacia la Canal Roya. Contemplando las dos rutas me decidí rápidamente. La subida al Peyreguet llevaba más gente y menos nieve, por lo menos en su primera parte. Al Canal Roya.

El circo de Aneou.
El Peyreguet.
La Canal Roya.
Y hacía allí me puse en marcha. Esta opción consistía en la circular desde la Canal Roya hacia el Pico de la Peña Blanca y el Pico de Aneou si me daba tiempo, bajando entre el Pene de la Glère y el Pene de Mauhourat. En realidad, el recorrido suele ser el contrario, pero este tramo estaba en sombra -cara norte- y para este fin de semana aconsejaban no practicar estas vías a primeras horas del día.

La subida es muy sencilla y evidente; no tiene pérdida, y por ello, es una ascensión muy concurrida. Así que procuré subir ligero y adelantar a la gente que llevaba delante. No es que me considere un cohete, pero adelante a más de una veintena de personas. Pasa tanta gente por esta zona, y ha nevado tan poco en las últimas semanas, que en algunos puntos hay "zanja".

Esto es un camino bien marcado.
Fotos para la posteridad. Como voy solo con mi sombra, las fotos se las lleva ella... y el paisaje.

Subiendo con el Pene de la Glere a mi izquierda.

Mi compañera esta mañana., mi sombra.

Tras algún repecho, se asoma el Midi.
En algo más de 45 minutos llegué al collado de la Gradillere o de Houer más bien pasadito de vueltas, pero con tan solo cuatro o cinco por delante -ya me dirás tu que hazaña-. Me tomo una barrita de muesli y encaro el último tramo. En un momento estoy arriba. Pico de la Canal Roya 2.345 metros. Un fantástico mirador del Midi.

Foto cimera con cara de "socarrao".

De allí vengo. Todo el valle a mis pies.

Zoom al Midi.
En la cima sí que tomo un bocadillo de chorizo ibérico y dejo pasar el tiempo. La gente sube, se hace fotos y se baja, mayoritariamente con esquís. Yo disfruto del día y voy mirando hacia el Pico de la Peña Blanca. No se ve a casi nadie por allí. Voy a pasar la cresta sólo. Es lo que buscaba. Caminar sólo un rato.

Este es mi camino. Una bonita cresta.
Me quito las raquetas que, esta mañana sobraban por lo dura que estaba la nieve, me pongo los crampones y saco el piolet. Y a caminar. La cresta está fantástica para disfrutar, no hay gente, luce un sol espectacular y la nieve está dura.

El cresteo es sencillo. Tan sólo tiene un par de pasos "raros" porque no hay nieve y hay que meterse por una zona de roca.

La cresta con la cima secundaria al fondo.

Detalle de la antecima.
Es un sube y baja que me lleva un poco más de media hora, parando a hacer alguna foto y, sobre todo, disfrutando del paisaje. Y así discurrió la cresta que te lleva por una cota que se puede confundir con la cima de Peña Blanca, pero que no es otra cosa que una antecima.

La cima de Peña Blanca estaba.... casi vacía. Un par de franceses estaban a punto de ponerse los esquís y les pedí la foto que acreditara que había llegado -y vaya foto salió-.

Entrada a la cima de Peña Blanca.

Foto cimera gracias a un amable francés.

Bocadillo y relax. El Pene de la Glère justo debajo de mi. Sólo me faltaba la "bota" de vino. Un olvido imperdonable.

El Pene de la Glére desde Peña Blanca.
Estuve casi tres cuartos de hora solo en la cumbre hasta que por detrás de mi comenzó a oirse movimiento y decidí dar por concluida la circular. El Pico de Aneou lo dejaba para otra ocasión. Me voy para abajo. Me coloco el casco, que hasta entonces lo llevaba de adorno, y andando. La nieve estaba perfecta, dura a pesar de que le daba el sol, así que los crampones se cogían perfectamente.

Llevaba un cuarto de hora bajando, justo a los pies del Pene cuando se acercan a mi cuatro franceses, que subían, para decirme que había una placa de hielo cristal -o eso les entendí-, que la bajada estaba muy peligrosa y que ellos volvían para arriba en dirección al Cuyalaret, vía Pico de Aneou. Sinceramente me pareció una marcianada lo que me decían, pero yendo solo, mejor me volvía. Así que vuelta hacia arriba y a deshacer toda la cresta otra vez.

Y no estuvo mal tampoco. Volví a pasarla solo.

Volvemos a hacer cima.

La cresta en el camino de vuelta.

Mirando hacia atrás, la luna ha hecho cumbre.
La Canal Roya todavía tenía gente en la cima. Aquello es un hervidero vayas cuando vayas, así que le pedí a un chico de San Sebastián un par de fotos "trucadas" para lucir casco. Es una trampa estética.


Llegando a la Canal Roya.

Otra foto cimera con casco de Calimero.
Ahora sí, me tiro para abajo. Y sigue subiendo gente a las 14:00 de la tarde. Una pasada. En el descenso, y con las nubes entrando desd Astún, veo toda la cresta y, un poco más abajo el tubo por donde debía haber bajado.


La cresta completa.

El Pene de la Glère a la derecha, el Pene de Mauhourat a la izquierda
y el Pico de Aneou al fondo. Por aquí debería haber bajado.

Ha sido un buen día.



martes, 8 de febrero de 2011

SIMONE MORO

UN SUPERCLASE


Respeto profundamente a cualquier persona que decide calzarse unas botas, elegir una senda y ascender hasta donde su preparación, su instinto, su prudencia o su suerte le acompañen. El límite está allá donde cada uno se lo ponga y esa es la razón por la que, para mí, tan altos están los 2000's como los 8000's.

Es cuestión de respeto. Quien haya salido a la montaña, me entenderá.

Pero a pesar de eso, hay personas a la que sigues con más admiración que a otras, no por lo que hacen sinó por cómo lo hacen. Por ejemplo, Edurne Pasabán es, sin lugar a dudas, una excelente alpinista que además, ha subido los 14 ochomiles. Hay es nada. Pero en la lucha mediática de saber quien conseguía el record, yo estaba con Gerlinde KaltenBrunner. Es otra manera de hacer alpinismo y otra manera de perseguir una meta.

Con Simone Moro pasa lo mismo. Creo que es un alpinista distinto. No me digáis porqué razón digo ésto, pero es lo que creo. Acaba de coronar el Gasherbrum II de 8.035 metros junto con Denis Urubko y Cory Richards -en invierno y soportando temperaturas de -45º C con sensación térmica de -65º C-. O lo que es lo mismo, se acaba de "calzar" un ochomil en invierno en el Karakorum. Ha caido un mito. Y sin cuerdas fijas. Subiendo y bajando solitos. Sin ayuda. Aquí la montaña y aquí un paisano. A mi, estas cosas, me ganan para siempre.

No dejéis de leer la noticia. Os paso una de la página alpinismonline y otra de El Pais.

Simone en el Makalu. Fuente: www.alpinismonline.com
Que me perdonen los televisivos y los mediáticos, que son también unos máquinas por hacer lo que hacen, pero este tipo me gusta más.

Y encima, de bajada, se carga con una bolsa de basura que había encontrado allá arriba. Para nota.