POSETS (3.375mts)
El Jefe. Después del Aneto (3.404 mts), ésta es la segunda cumbre del Pirineo y un mirador desde el que se pueden ver los macizos principales. Y, por supuesto, es la segunda cima más visitada. Una romería de gente subiendo y bajando.
Era nuestro segundo día en el Refugio Angel Orús. Nos levantamos temprano, desayunamos y salimos detrás de un "abuelete" de 70 años. Un crack con cuatro operaciones de riesgo que acompañaba a su hijo... ¡ya te digo!.
La primera parte del camino era conocida, pues transitaba por el GR-11 que ya habíamos pateado para ir hacia el Pavots. Un chorro de gente delante y detrás de nosotros con constantes adelantamientos, paradas para repostar, cambios de neumáticos.... Y en frente de nosotros la entrada a la Canal Fonda.
A partir de aquí empezaba el rock&roll. La Canal Fonda estaba con nieve excepto en su parte central, lo que nos iba a obligar a quitarnos y ponernos los crampones. Se podía subir sin ellos clavando puntas, pero era una tontería ir resbalando. Además Mª José iba a subir más rápida y más segura.
De momento teníamos buenas noticias. La subida era potente y Mª José iba a muy buen ritmo y "hablando". La aclimatación del día anterior estaba funcionando. Ella no se daba cuenta pero, físicamente, iba sobrada.
En el collado, una hora después, paramos un momento a tomar un trozo de pan. La Llardaneta, imponente, a nuestras espaldas y, enfrente, todo el circo. Pero habia que seguir subiendo. Nos quedaba una hora; quizás un poco más. Ahora el chorro de gente era de subida y bajada -los que habían dormido en tienda por encima del refugio, estaban de vuelta-.
Tomamos el lomo que enfilaba a nuestra derecha y a comer "pedriza".
A poco menos de 10 minutos para hacer cumbre y a menos de 20 metros de desnivel, la loma se convierte en cresta. Una cresta que no tiene dificultad técnica alguna pero que en un par de puntos puede ser aérea.
Y allí Mª José decidió algo valiente y duro. Iba sobrada físicamente pero dijo que no lo quería pasar mal. Y se quedó. Tal y como me lo dijo, entendí que no había que insistir. Sólo me quedaba seguir yo sólo o quedarme con ella. Y, como no odía ser de otra manera, me dijo que subiera, que hiciese la cresta que tenía prevista y que volviese.
Y seguí. Subiendo pensaba que debía haberme quedado con ella. Yo ya tenía hecha esta cima. Pero pensando y caminando me planté en la cima. Cuatro horas.
Una cima aragonesa, de una aragonés entre catalanes...porque eran todos cartalanes. Autofotos, panorámicas y mirada a la cresta que debía llevarme a la Tuca de la Llardaneta (3.311 mts) y a la Tuqueta Roya (3.273 mts).
En una hora más me habría apuntado 2 tresmiles altos pero, sinceramente, no me quedaban muchas ganas. Había dejado a Mª José en la cresta y el objetivo era llegar los dos arriba para después continuar yo solo. En fin, que ésta no era la situación que esperaba y decidí bajarme a por ella. Ya volvería a subir otro día.
Hoy había que tomarse unas cervezas abajo y celebrar que había llegado hasta aquí arriba como una moto. Cuando la recogí, foto de cima con ella.
La bajada, como siempre, iba a ser más penosa. Dejamos que nos pasaran todos los que lo quisieron hacer y comenzamos el descenso con la idea de parar a mitad, mojarnos los pies y pegarnos un siestón importante.
Para cuando llegamos al refugio, ya habían llegado todos, las duchas estaban libres y las cervezas bien frías.
Y contemplando la torrentera que teníamos enfrente, comentando la calidad de las zapatillas que te ofrece el refugio y bebiendo cerveza, nos dimos cuenta que aquello era un Arca de Noe un tanto peculiar.
Sólo nos quedaba descansar, partir a la mañana siguiente hacia el parking y visitar la cascada de Espigantosa. Una preciosidad.
Quizás no cumplimos, estrictamente, con llegar los dos a la cima del Posets. Eso es cierto. Pero yo quiero pensar que los dos hicimos cumbre. Cada uno la suya. A veces la cumbre está en el campo base, como dijo Pauner. Y yo estoy contento de como subí y de como subió Mª José.
Ahí queda el fin de semana.
Enhorabuena por esta importante cima!
ResponderEliminarMi mujer también me dice muchas veces que a ella le da igual hacer cima si tiene que pasarlo mal y cuando se tiene un poco de vertigo lo mejor es dejarlo ahí donde no lo ves claro y desde donde también se disfruta de los paisajes
Un saludo