ROBIÑERA -3.003 mts-.
Aunque os aprezca mentira, esta ascensión la hicimos el año pasado y olvidé colgarla. Repasando fotos, la he rescatado y la cuelgo en este caluroso agosto. Soy un desastre.
En la lista de los 3000's, parece que estamos empezando por los más modestos. Conste que ésto no me preocupa en absoluto, pero es curioso porque siempre tendemos a buscar las cotas más altas. No obstante la parte buena es que Mª José se va fogeando y los podemos ascender en salidas relámpago sin hacer noche en refugios, volviendo a dormir a Broto.
Pues al Robiñera que nos fuimos.
Desde Chisagües sale una pista forestal que te deja, después de 6 Km en un pequeño parking junto a la fuente de Pietramula -1.920 mts-. Con esta referencia, ya sabíamos que el desnivel iba a ser de 1.080 mts, nada brutal pero entretenido como pudimos comprobar.
Dejamos el coche y comenzamos a seguir una senda perfectamente marcada que ascendía por laderas de hierba y que nos dejó en poco más de hora y media en el Collado de las Puertas -2.535 mts-.
El Collado de las Puertas que comunica con los lagos de la Munia.
Una mirada atrás, con el valle de Pineta al fondo.
El Robiñera cubierto de nubes.
A partir de aquí entramos en el reino de las piedras y en el mundo del olvido, porque no reparé ni un sólo momento en la cámara y las fotos son más bien escasas. Una pena, porque las vistas eran espectaculares..... hasta que nos cazó la niebla.
Yo corría cuanto podía, pero la niebla me perseguía....
Un claro en la niebla.
Dos horas más de subida, la última parte por una desagradable pedriza, nos dejaron en la arista cimera. El golpe es espectacular. Acaba la pedriza, buscas la cresta y, de golpe, te encuentras con un vacío que acaba en los lagos de la Munia. Y entonces reparas en la cámara y en que tienes que hacer fotos.
Una foto.
Otra foto.
Y otra...
Y al final recuerdas que habías llegado hasta allí, para coronar el Robiñera.... o para disfrutar de la subida y de las vistas..... Estos lugares, cuando te "cazan", provocan que pierdas la perspectiva del objetivo que perseguías. Pero bueno....
Continuamos por la arista cimera, muy aérea pero sencilla, con una Mª José impresionante que no se amilanó en ningún momento.
La arista es ancha en algunos puntos.
Pero se estrecha en otros.
Y en media hora estábamos en la cima. Menudas vistas.... si no hubiera nubes.
Otro 3000 para Mª José.
Y para el abuelo.
Con Monte Perdido al fondo.
Y a disfrutar de la cima. De sus miradores...
...de sus camas...
...y de sus ventanas.
Algo más de media hora en la cumbre y para abajo. Con la niebla bien cogida en la arista cimera y en toda la bajada hasta el Collado de las Puertas. Allí, como no podía ser de otro modo, Mª José fue fiel a su costumbre de mojarse los pies en ibones, lagos, pantanos o ríos, siempre que sus aguas estén frías, muy frías.
Solo por el color, ya sabes que está fría, muy fría.
Primer intento....
Reto conseguido.
El descenso, como siempre, fue un duro test para unas rodillas tocadas. Así que bajamos despacio....
Una bonita ascensión a un privilegiado balcón del macizo de Monte Perdido -si no hay nubes-, que nos ha permitido apuntarnos otro 3000.
Seguimos caminando.
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