CIRCULA BROTO-TORLA-BROTO CON SIESTA INCLUIDA
Sigo con mi retraso al colgar en octubre actividades hechas en agosto. Pero así es la vida.
Como ya dije en la anterior entrada, este verano disfruté de salir con Aitana y Mª José en detrimento de salir "por arriba". Aitana poco a poco va animándose a caminar y eso hay que aprovecharlo.
El planteamiento era la circular Broto-Torla-Broto subiendo por el camino antiguo que parte de la iglesia de Broto y volver por el trazado de la GR 15.2. Y con esas salimos sin prisa, parándonos donde más nos apetecía y disfrutando del camino que comienza por una ancha pista con el Mondarruego de fondo.
En poco más de media hora el camino se estrecha, convirtiéndose en senda, y discurriendo en paralelo a una antigua acequia. A nuestra derecha el río y Fragen.
Aitana quería marcar el ritmo. Iba la primera y además estrenando bastón de mando.
Poco a poco se va ganando altura para sortear un paredón que cae en picado al río. Las rampas no son muy pronunciada pero son entretenidas. En un momento dado iniciamos un vertiginoso descenso hasta alcanzar una pista. Torla aparece delante de nosotros.
Caminando por la pista hay que fijarse en la entrada a una senda, a nuestra izquierda, que nos conduce al río. El desvío está marcado por un pequeño hito.
Llevamos caminando una hora y cuarto cuando llegamos al puente que cruza el río Ara..., y estaba más que cantado, las chicas quieren mojarse los pies en una poza. ¡no tenemos prisa!.
Cuando nos rugen las tripas, tomamos camino a Torla como alma que lleva el diablo. ¡Hoy toca pizza!... y Aitana quiere la foto de la victoria, pero con Aquarius.
Después de comer buscamos una sombra en el parque que hay detrás de la iglesia. No hay que darle muchas vueltas... lo que pide el cuerpo es siesta.
Bien comidos y bien dormido, tomamos el camino de vuelta hacia Broto, ahora por la traza de la GR 15.2, que discurre por la margen derecha del río. El camino empieza junto al parking de los autobuses.
Esta segunda mitad del día la pasamos corriendo cuesta abajo con Aitana, gritando mientras saltamos de piedra en piedra. No es que sea algo muy cívico -lo de gritar por el monte-...., pero yo me lo pase cañón, y Aitana, ni os cuento.
En 45 minutos estábamos llegando a Broto. Volvimos a parar en la chopera que hay en el paseo, para volver a mojarnos los pies. ¡Somos muy limpios!
Y en nada llegamos a Broto, con la últimas luces de la tarde, contentos por el día que habíamos pasado.
Estos caminos que discurren cerca de los rios, para los niños esta genial, nosotros estuvimos en Alquezar y se lo paso pipa. El sendero que utilizasteis para bajar, lo he recorrido muchísimas veces, la mayoría pescando por el río, por cierto el jueves estuve en Ordesa. Saludos
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