UNA VUELTA POR EL
VALLE DE ORDISO
Voy a ponerme al día. Desde mayo que no meto nada el blog y quiero actualizar lo poco que he hecho este tiempo. Esperemos tiempos mejores!!!
Hace unas semanas estuvimos en Broto. Una escapada rápida de fin de semana que dió para poco, pero muy bonito.
Nos acercamos al valle de Ordiso, ese valle olvidado que queda detrás del valle de Otal. Como siempre, salimos tarde. El día amanece frío y agradecemos el retraso.
Salimos del San Nicolás por la pista que remonta el valle. Saltamos la cadena que recuerda que hay ganado suelto y seguimos a paso tranquilo.
Llegamos al primer cruce de caminos. Otal -a la izquierda- o cabaña de Ordiso por el puente de Oncins -a la derecha-. Nosotros tomamos a la derecha.
Poco después del puente que cruza un río Ara espléndido, a mano izquierda, parte un sendero que nos evita algunas rampas feas de la pista y que nos lleva a la parte alta de la pista, justo hasta una roca extrapolada.
Atrás la entrada al valle de Otal.
A partir de este punto, todo pista sin pérdida hasta la cabaña de Ordiso. La pista se hace amena. Subimos en sombra saltando riachuelos y dejando cascadas a nuestra derecha.
En la cabaña de Ordiso, acaba la pista. Siguiendo por el valle, llegaríamos al Puerto de los Mulos, pero nosotros tomamos un sendero que baja hasta el río, lo cruza y remonta hacia la entrada del valle. Llevamos una hora caminando.
A nuestra derecha se destapa el macizo del Vignemale con la Marmolera. Casi nada la vista. Si todo va bien, este verano toca este macizo, una vuelta corriendo y otra subiendo. Ya veremos.
El valle se abre poco a poco a medida que ganamos altura. Esta muy bonito. Mª José está encantada. Hay agua por todos sitios.
Yo, de vez en cuando miro atrás. La norte del Taillon se asoma.
Llegamos al final del valle rápido. Allí queda una cabaña destrozada por un alud -según dicen-, pero nosotros seguimos un poco más arriba, hacia la derecha, a buscar una preciosa cascada.
De lejos parece una cascada pequeña. Pero no, no es pequeña.
Nos hacemos unas fotos y comemos. El día está bonito. Todo el valle es para nosotros.
Bajamos como hemos subido, tranquilos, disfrutando del día.
Hacemos un pequeño quiebro en el camino para acercarnos a un puente colgante. Tantas veces por aquí…., y no lo conocía.
Cerca del puente de Oncis, enfrente del desvió que tomamos a la subida, parte un sendero ornitológico que te lleva hasta el puente de San Nicolás por la otra orilla. Nosotros volvemos por ahí. Por variar.
Llegamos al coche muy relajados. Mª José relamiéndose de la excursión y yo pensando en una cerveza.
Ha sido un buen día en el que Mª José ha cazado algunas flores.
Hola Jorge, como va todo, pues este valle y el de Otal, apenas los conozco. Me ha gustado mucho la ruta, y me ha sorprendido la cantidad de agua que lleva todavía el Ara, tomo nota para hacerla, por cierto a este valle se puede acceder en temporada alta en coche, o no. Cuídate campeón.
ResponderEliminarHola Eduardo: se puede subir hasta el refugio de Bujaruelo durante todo el año. De ahí parten varias excursiones muy chulas.
ResponderEliminarMe alegra saber de ti. Te sigo en tu blog con mucha envidia...., joder no paras.
Un abrazo.