lunes, 22 de agosto de 2011

Circular por el Sobrepuerto

CIRCULAR POR EL SOBREPUERTO


Allá que nos vamos a desentumecer las piernas antes de subir por las faldas del Garmo Negro. Una vuelta por el Sobrepuerto, por la Sierra Escartín, caminando por el cordal del Manchoya-Pelopín-Erata, descendiendo al pueblo abandonado de Otal.

Salimos tarde, como siempre, desde la boca del túnel de Cotefablo -1.423 mts- siguiendo el PR-117. En realidad sin seguirlo, pues al poco, tomamos un desvío por una senda que evita las lazadas de la pista y nos deja en el collado del Cotefablo con el valle de Yésero a un lado y el de Broto al otro.








Seguimos ascendiendo, ahora sí por la pista del PR, buscando las faldas de Peña Ronata. Allí encontramos una oveja moribunda. No es agradable pero la vida en la montaña es así.


Coronamos Peña Ronata -1.934 mts- con unas fantásticas vistas de la Sierra Tendeñera y de todo el macizo de Monte Perdido que contemplamos en tonos azules y grises.

Desde aquí, tomamos el cordal en dirección sur, buscando el collado de Otal -1.894 mts- para después buscar el Erata siguiendo el GR-15.






En los últimos metros compartimos subida con las vacas que nos miran con cierto recelo. El mismo recelo con el que las miramos nosotros... dicho sea de paso. Y cima. Han sido 620 mts de desnivel acumulado en poco más de 2 horas. Vamos bien.





Una nueva perspectiva hacia la zona de Biescas y Sabiñánigo. Tomamos un bocado y nos dirigimos al pequeño pueblo abandonado de Otal siguiendo el GR-15, descendiendo primero por prados, adentrándonos después entre decenas de bancales y terrazas de muros de piedra salpicados de pequeñas cabañas, por un camino perfectamente trabajado.



En poco más de una hora estamos en Otal. Ha sido un descenso acusado de algo más de 550 mts.
Otal es un pueblo abandonado desde hace 40 años, escondido en el centro de la Sierra Escartín y comunicado por estrechos caminos con las poblaciones colindantes. Entrar en él es ver el mundo en blanco y negro -para ver reportaje de Otal pincha aquí-.

Merodeamos por sus calles, comimos bajo un nogal y reemprendimos camino siguiendo el GR-15 dirección puerto de Yosa. Eran las tres de la tarde y debían caer como 38º.
Durante una larga hora subimos entre bojes y pinos hasta el cruce con el PR-117 que nos llevó, casi una hora más, por las faldas del Pelopín bajo un sol abrasador, sin una mísera sombra y con el agua racionada.


Llegamos al puerto más bien cansados, para que mentir, y con sed, mucha sed. El "tipo" de la intendencia calculó mal el agua. Grave error en uno de los días más calurosos del verano. Ni las vistas de un Tendeñera espectacular o de una clarísima Brecha de Roland eran suficientes para quitarnos de la cabeza un par de cervezas frías, muy frías......

Bajamos hasta el túnel muy tranquilos, disfrutando del poco viento que corría y que nos podía refrescar. Habíamos dado un precioso paseo, preludio de lo que sería el día siguiente.

1 comentario:

  1. Una buena ruta, no me extraña que al día siguiente le entrará la flojera durante un rato, por cierto bonitas fotos.

    ResponderEliminar